«Bohemian Rhapsody» la genialidad de Queen

«Bohemian Rhapsody» fue publicada como parte del cuarto álbum de Queen  «A Night at the Opera» en 1975. Nadie estaba preparado para esta explosión de creatividad.

Son seis minutos de canción. Sin estribillo. Con cambios de ritmo y género que pasan del rock a la ópera, y una letra que parece salida de un sueño surrealista.

Los ejecutivos de la discográfica decían que sería un fracaso… Y Freddie Mercury, el genio detrás del tema, decidió arriesgarse. Y acertó.

En 2018, el biopic de la banda, fue titulado como la canción y sirvió para darle un nuevo impulso a Queen, acercando a los más jóvenes al grupo.

La estructura de «Bohemian Rhapsody» es única. Comienza como una balada introspectiva con Mercury al piano, seguida de un solo instrumental que conduce a un explosivo segmento operístico. Esta sección, famosa por líneas como “Scaramouche, Scaramouche, will you do the Fandango?” y la repetición de “Galileo”, mezcla referencias literarias, históricas y teatrales, creando un drama musical que parece casi mitológico. La letra, altamente enigmática, aborda temas como el crimen, la culpa y la lucha interna, aunque Freddie Mercury nunca confirmó un significado concreto, dejando que cada oyente interprete la canción a su manera. Brian May ha señalado que el poder de una gran canción radica en su capacidad de resonar personalmente en cada quien.

La grabación de la canción fue un verdadero desafío técnico. Queen tuvo que trabajar en seis estudios diferentes, grabando partes vocales y de guitarra por separado. Los arreglos vocales incluyen hasta 180 sobregrabaciones, y el equipo de sonido tuvo que esforzarse al máximo para capturar cada detalle. Freddie Mercury, perfeccionista y apasionado, llegaba al estudio con nuevas ideas de improvisación, como añadir más repeticiones de “Galileo”, haciendo del proceso creativo una experiencia intensa y casi teatral.

En los conciertos, Queen interpretaba la canción con un despliegue escénico impresionante, aunque debido a la complejidad de la parte operística, esa sección se reproducía en playback. El solo de guitarra de Brian May, inspirado en gran parte por Mercury, y el segmento final de hard rock brindaban la catarsis necesaria para cerrar la obra, dejando al público fascinado por la teatralidad y la intensidad emocional de la interpretación.

«Bohemian Rhapsody» ha sido reconocida como el mejor single británico de todos los tiempos, superando incluso a clásicos como Hey Jude de The Beatles. Su audacia, innovación y capacidad de trascender géneros la han convertido en un referente de creatividad musical. Más allá de su complejidad técnica, la canción es un testimonio del talento de Freddie Mercury y de la visión artística de Queen, quienes demostraron que no existen límites cuando se trata de arte. Cada fragmento de la canción, desde la balada inicial hasta el épico final de rock, forma parte de un universo sonoro que sigue fascinando a oyentes y músicos, consolidando «Bohemian Rhapsody» como una obra maestra atemporal.